Capítulo 25: ¡Grease!


Grease. Instituto Rydell.
Aquí pasaron cosas

El instituto Rydell

Y yo que creía que, cuando Cher vino a cantar al lado de casa (pero al lado, al lado), había tocado techo en esta aventura americana… ¡Qué equivocado estaba! Ahora sí que sí, esto va a ser difícil de superar, madre del amor hermoso. Aquí es donde Danny y Sandy estudiaron (es un decir) entre 1959 y 1960, y Stephanie y Michael hicieron lo propio (ejem) entre 1960 y 1961. Frenchy estuvo los dos cursos, que tonta no era. También es donde Britney grabó el videoclip de …Baby One More Time. Vamos, que no es un instituto cualquiera.

Para mí, poder visitar Rydell ha sido comparable a lo que puede significar para un fan de Star Wars visitar el Halcón Milenario, por ejemplo. Algo increíble. En realidad se llama Venice High School, y es un instituto de verdad (cada fin de curso celebran una fiesta temática de Grease y obligan a todos los alumnos a ver la película, como está mandado). Bien es cierto que, cuando sonó el timbre de final de clase (y empezaron a salir hordas y hordas de estudiantes), me sentí un poco como Rizzo en la película, un poco mayor para estar allí… pero muy feliz.

El canal

Grease. Brillantina fugaz. Canal.
Grease Lightnin‘ viene de aquí

Este es el canal donde hacen la carrera de coches al final de la película y (spoiler) Danny le gana a Cara de cráter, que para algo su coche era automático, sistemático e hidromático, ahí es nada. Costó un poco llegar (el centro de Los Ángeles pequeño no es), pero mereció la pena. Actualmente, el viaducto está cerrado y nadie puede bajar a hacerse la foto sentado en un ladito como cuando Sandy, harta de ser buena y de llevar el pelo liso, canta Look At Me, I’m Sandra Dee (Reprise), lo cual es una pena. Afortunadamente, y aunque hayan pasado cuarenta y cuatro años desde Grease, hay lugares que sí que siguen (más o menos) igual y todavía se pueden visitar…

La casa de Frenchy

Grease. Casa de Frenchy.
A saber cuántas veces han cambiado las cañerías, pero bueno

¡Como la casa de Frenchy! No me extraña que la pobre repitiera curso, porque esto está a tomar por saco del instituto. No la culpo, yo también hubiera repetido con tal de pasar más tiempo en Rydell (incluso si hubiera vivido a un tiro de piedra), ¡claro que sí! El barrio se llama Los Feliz y es bastante feo. Estoy señalando el punto exacto donde Rizzo hacía descenso de cañería para irse de marcha con los chicos mientras las demás Damas Rosas se quedaban en casa bebiendo vino para postre y viendo anuncios en la tele o cantándole a una piscina hinchable. Cada quien a lo suyo. Ahora la casa está dividida en cuatro apartamentos (que es lo que se lleva aquí), y puedes oír a los vecinos todo el rato.

Paseo de la fama

John Travolta. Paseo de la fama. Hollywood. Grease.
Aquí una estrella

En Grease salen muchísimas estrellas del Hollywood de los años 50 y 60 (cantando, bailando y riéndose de sí mismas), pero es que en el Paseo de la Fama hay más estrellas en el suelo que en el cielo, una cosa rarísima. No solo están las de cine, sino también las de televisión, las de teatro y las de música (incluso hay gente como Walt Disney o Hitchcock que tienen, merecidamente, más de una estrella cada uno, una por categoría).

Cuando llegas, quieres hacerte la foto con (casi) todas las estrellas; te faltan ojos y te mareas de tanto mirar al suelo y esquivar pies de gente. ¡Pero te da igual! Pronto te das cuenta de que es una tarea totalmente inabarcable, y optas por hacerte la foto con las estrellas que más te gustan, con ninguna más. Luego ya te pones más estricto (y realista) y solo te agachas delante de las que son realmente importantes y/o especiales (según tu experto criterio sin parangón, eso sí). Hasta que, más pronto que tarde, llega un momento en que ya no puedes más con tu alma y decides caminar mirando al frente, como si estuvieras en una calle cualquiera. Ya he dicho en otras ocasiones que me gusta ir por la vida mirando al suelo (por si hay suerte y encuentro dinero), pero como en Hollywood esto lo hace todo el mundo, las probabilidades de chocarte con gente que también va mirando al suelo son infinitamente más altas que las de encontrar dinero, así que no sale a cuenta. No lo recomiendo.

Olivia Newton-John. Paseo de la fama. Hollywood. Grease.
Aquí otra estrella

Las estrellas de Travolta y de Olivia están muy cerquita la una de la otra, como tiene que ser. Pero conseguir una foto decente no es tan sencillo como parece (aunque ya es más fácil que lograr una foto pasable del cartel de Hollywood sin tener que subir al monte). Primero, hay que encontrar las estrellas que te interesan (y rezar para que no haya nadie durmiendo/despatarrado encima ni que hayan instalado un puesto de perritos calientes o de cualquier otra cosa justo delante, detrás o sobre la estrella en cuestión). Tienes que ver también que la meteorología acompañe y que el sol no deslumbre las letritas doradas (y que al menos se pueda leer lo que pone). Lo mejor es hacer la foto por la mañana, cuando acaban de limpiar las aceras y todavía no han pasado trescientos millones de pies calle arriba y calle abajo, como pollos sin cabeza, haciendo lo mismo que tú. Cada segundo que pasa, las estrellas se van apagando poco a poco y cubriéndose de mugre… hasta quedar irreconocibles. La búsqueda de estrellas es una actividad tan entretenida como estresante.

La verdad es que, para ser la calle con más glamur por metro cuadrado del mundo, está sucísima (no hablo de suciedad normal, sino de suciedad nivel estratosférica). Y, si te arrodillas o te sientas en el suelo para salir de cuerpo entero en la foto, es recomendable quemar los pantalones y los calzoncillos nada más llegar al hotel, así como darte una ducha o fumigarte con gel hidroalcohólico o lejía.

Michelle Pfeiffer. Paseo de la fama. Hollywood. Grease 2.
Grease 2 también tiene su representación, ¡faltaría más!

Y hasta aquí el monográfico de Grease. Este es el primer capítulo del viaje a Los Ángeles, la ciudad más horrorosamente fea y sucia que esconde los lugares más maravillosos… Solo hay que encontrarlos. ¡Continuará!


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