EL LIBRO

¿Quién es quién?
Doña Mariví no está segura de si lo que siente en la tripa son mariposas revoloteando o una polilla gorda dando tumbos. Solo sabe que espiar en el balcón de su vecina, agazapada entre los geranios, le da la vida.

A Kevin Imanol su madre lo conoce como si lo hubiera parido. Puede que solo tenga once años y tres cuartos, pero ya vive en un sinvivir. Lo que mejor se le da es hacerse el muerto en medio del salón y ver qué cara pone su madre. No hace falta decir que la madre de Kevin Imanol ha desarrollado el superpoder de gritar con los ojos. Te mira y te deja sordo.

Mari Trini está que trina. Si antes lo que le preocupaba era que su marido tuviera más pelucas rubias que calcetines en el cajón de los calcetines (y todas ellas con un flequillo italiano precioso), ahora, además, se le ha caído un meteorito en el jardín. Normal que se quiera ir a vivir a un búnker bajo tierra, ya que en la superficie tiene muy mala suerte. ¡El presentador del telediario acaba de confirmar que el mundo se acaba!
Todos ellos (y el resto de vecinos y vecinas de la plaza del Tres de Mayo) tendrán que enfrentarse al fin del mundo con su arma más poderosa: un sentido del humor a prueba de asteroides (y de cualquier cosa que caiga del cielo).

“El fin del mundo a cucharadas: Una novela de humor y otras catástrofes” está disponible, tanto en papel como en e-book, en Amazon.
EL BOOKTRAILER
Solo verlo si es Navidad, gracias. Es que no tengo otro.
EL CUADERNO
Ideal para apuntar las cosas antes de que se acabe el mundo. En tres portadas diferentes:

LA PLAYLIST
¿Buscas una playlist a prueba de asteroides? La banda sonora de El fin del mundo a cucharadas incluye un montón de canciones para bailar hasta el último segundo (y un par supertristes que igual no valen para hacer spinning pero sí para escucharlas, mirando por la ventana, en una tarde de lluvia de meteoritos, por ejemplo).