
Vengo de pasar un par de días al este de Michigan, que es una zona donde hay árboles, lagos y faros a tutiplén. Es imposible dar tres pasos sin darte de bruces con un árbol, un lago o un faro. No por nada llaman a esta parte de los Estados Unidos Los grandes lagos, porque otra cosa no, pero agua hay por todos lados. Estos lagos son inmensos y tienen olas (mi sonido favorito después del de un río o arroyo), y si no hay tiburones ni cocodrilos es porque el agua es demasiado fría… No me extraña. Lo que sí que hay son barcos hundidos y muchos patos. Es normal ver a la gente bañándose rodeada de patos como si tal cosa, actividad que me parece un poco antihigiénica y temeraria. He de decir que no tenía nada contra los patos hasta que llegué aquí y vi las malas pulgas que se gastan, ¡qué animales tan antipáticos! No me baño con ellos ni loco.

Otra cosa que hay en los lagos son amaneceres y atardeceres. El de la primera foto es un amanecer. Duró unos dos minutos (desde las 6:21 hasta las 6:23), y me picaron cuatro mosquitos (dos por minuto), así que un minipunto menos para el amanecer. Si ya cuesta madrugar, que encima te piquen los mosquitos y no te puedas volver a dormir me parece el colmo (igual que tener una casita en el lago y tener que salir tapado de pies a cabeza). No exagero si digo que preferiría mil veces que hubiera tiburones antes que mosquitos. Y cocodrilos antes que patos. Cambiaría totalmente el ecosistema acuático de por aquí, yo creo que para bien.

Las siguientes dos fotos son de un atardecer. Aquí no me picó ningún mosquito, un minipunto para el atardecer. Y como para disfrutar de un atardecer no hace falta madrugar ni nada, otro minipunto más, ya van dos. También vi un gato muy bonito y un colibrí. Hay muchos animales de los dibujos animados que he podido ver en vivo y en directo (o muertos y en directo) por primera vez; por ejemplo, las mofetas. No tenía ni idea de que las mofetas aplastadas en la carretera huelen a porro, ¡ni tan mal! También he visto zarigüeyas y luciérnagas, ciervos y ardillas de todos los colores, tamaños y velocidades. Y gaviotas con picos de tres metros. Y águilas cazando ardillas en la acera de enfrente. Como vivir en Waku Waku, igual.
Ariel
Para concluir, diré que los amaneceres me parecen más majestuosos y espectaculares, pero que los atardeceres son menos exigentes, así que lo dejo en empate… será lo mejor, sí.

Además de árboles, lagos y faros, en el este de Michigan también hay tiendas de souvenirs, que son esos establecimientos que venden cosas carísimas que no sirven para nada (o que valen para algo pero que puedes encontrar lo mismo o mejor en otro sitio). Por ejemplo, esta bomba de La Sirenita, muy útil si te quieres dar un baño relajante (en soledad o en compañía de alguien o algo que no sea un pato a poder ser). Y si, además, te gusta que la espuma llegue hasta el techo, no se hable más. La idea es buena, pero pagar ocho dólares por una bola de detergente me parece excesivo, por muy de La Sirenita que sea. Vaya por delante que soy superfán de La Sirenita, pero estoy convencido de que con tres botes de champú (o uno de lavavajillas) consigues la misma cantidad de espuma (y más barato).